miércoles, 24 de febrero de 2010

ENTRENAMIENTOS OFICIALES MOTO 2

Los próximos días 1, 2 y 3 de marzo tendrá lugar en Valencia el primer test oficial de Moto2.


El Gresini Racing Team estará al completo, y Toni Elías volverá a subirse a la Moriwaki que pudo probar en noviembre en Valencia. Su compañero Vladimir Ivanov también rodará, y les acompañarán en la pista Alex De Angelis y Niccolo Canepa (Scot Racing) y Mattia Pasini (Team JiR Moto2).

Si deseas asistir a los entrenamientos oficiales que se celebrarán en el Circuito de Cheste y buscas alojamiento ésta es tu casa: Balcones de Oleana a solo 30 minutos!!!

+ info: reservas@balconesdeoleana.com

martes, 23 de febrero de 2010

Dulce encuentro con sabor a vino


Es extraña la sensación de arribar a un entorno conocido y detenerse cinco kilómetros antes del que es tu destino habitual. En concreto, ésta es la distancia que separa Requena (tan habitual para mí) de San Antonio, y nos quedamos en esta última población gracias a un certamen literario que tuve la satisfacción de ganar. ¿El premio? Un fin de semana para diez personas en Balcones de Oleana, una casa rural todavía engalanada por los ecos de su pasado señorial y puesta al día para que el visitante se sienta como en casa.De aquí deriva precisamente el primer problema, que nada tiene que ver con la casa: elegir ocho amigos que se sumen a la propia pareja y a uno mismo puede dejar revoloteando en tu corazón el poso de la decisión arbitraria. Decidimos, por tanto, que lo mejor era poner la venda a la justicia y dirimirlo por sorteo: Javi y Saray, Gema y Wifredo, Álvaro y Nuria e Inés y Gustavo fueron los agraciados, y con ellos nos encontramos aquel viernes 17 de julio a plena tarde, bajo un sol que parecía esperarnos con toda su potencia cuando bajamos del coche frente a la fachada y el gran portalón de madera.Me dieron la opción de elegir habitación, pero igual me hubiera dado que me negaran tal privilegio; cuando uno entra en una casa rural busca la esencia del pasado y el sabor de lo antiguo (ése que, por alguna razón, tanto me atrae), y todas las habitaciones, por lo demás amplias, limpias y confortables, me trasladaron de un vistazo a un tiempo que nunca conocí. Al final, pese a todo, elegí, y Mapi y yo nos quedamos con un amplio cuarto en la planta superior cuyo balcón daba al patio. Aquella primera noche fue tranquila. Hicimos una cena ligera, charlamos, reímos, y poco después de la media noche nos retiramos pensando en lo que nos esperaba a la mañana siguiente.Lo que nos aguardaba era una clase intensiva sobre el proceso de elaboración del vino. Laura, la amable (no me cansaré de repetirlo) dueña de la casa, hizo sabiamente de anfitriona y nos llevó a la sede de la DO Utiel-Requena, una antigua bodega de estructura redonda utilizada tanto de lugar de reunión y análisis de vino como de museo, y en la que cuelga victoriosa la foto de D. Juan Carlos I asiendo una copa de vino en su todavía reciente visita.Luego, la lección adquiría un tono más práctico. La bodega Dominio de la Vega es todavía joven, pero el conocimiento experto de quienes la dirigen le ha otorgado ya un reconocido prestigio. Anduvimos por entre sus titánicos depósitos de metal, contemplamos las barricas, las botellas en las que descansan a temperatura óptima tanto el vino como el cava, y finalmente, copa en mano, descubrimos que el trabajo, la investigación y la espera dan su fruto en forma de unos productos soberbios. Y, claro: ¡a ver quién se resistía a salir de allí sin comprar varias botellas!Comimos en la vecina Requena a una hora en la que pensábamos que ya nadie nos atendería. Y comimos bien. Sin embargo, y junto con el vino, el gran descubrimiento gastronómico del fin de semana fue la habilidad de Javi con la parrilla, aunque aquello quedaría patente unas horas más tarde. Antes, todavía aguardaba una visita a las viñas que Laura y su marido Miguel poseen en San Antonio. Fue ella misma, que como Mapi ha vendimiado durante años, quien nos habló de las dificultades que entraña hoy día la vendimia y de la sucesiva aplicación de maquinaria para hacer el trabajo más pesado.
Aun así, no puedo imaginar las horas de duro trabajo que acumulan aquellas tierras, pero, a ojos de visitante, amparado por la sombra a orillas de un viejo caserón y pasando con vino el típico bollo de la comarca (gracias de nuevo, Laura), su contemplación me habló de paz y bienestar.Allí estábamos cuando declinó el sol y optamos por retomar el camino hacia Balcones de Oleana. Javi se empleó incansablemente para que la carne de Sástago (Zaragoza) estuviera sabrosa, y ciertamente lo consiguió. Aquella noche decidimos no salir porque comprendimos que allí, en el patio, lo teníamos todo: buena compañía, charla, risas, comida suculenta y vino para regarla. La luna, visible sobre nuestras cabezas, fue desplazándose, el cansancio terminó por adueñarse de nuestros cuerpos y finalmente, aunque sin atender a la hora, nos despedimos hasta el último día de nuestro encuentro.Llegó éste fresco y soleado. Cada cual se levantó cuando quiso (Javi el primero, pues quería preparar los desayunos), y nos reunimos en torno a la ya habitual mesa del patio con la pena por el final del encuentro que ya atisbábamos. El encuentro frente a la mesa del desayuno pasó plácidamente. Luego, Wifredo, Gema, Gustavo, Inés, Mapi y yo nos encaminamos hacia Requena para comprar productos típicos (bollo, fundamentalmente) mientras los demás prometían afanarse en la comida. Y ciertamente lo hicieron, porque disfrutamos de una carne y unas ensaladas en las que algunos sólo echamos en falta el vino, pues, al poco rato, tras despedirnos de Laura y agradecerle su amabilidad y su ayuda, nos tocaba partir. Antes de ello, todavía accedí (vanidosamente, lo reconozco) a firmar varios libros a mis amigos, Laura incluida, en los que aparecían los mejores relatos de este primer certamen literario de Balcones de Oleana. Por un rato (de nuevo lo reconozco), sentirme como un escritor de moda en plena feria literaria resultó sumamente agradable.

(C) Carlos Espinosa

lunes, 22 de febrero de 2010

GANADOR RELATOS BALCONES OLEANA EDICIÓN 2009

LA ÚLTIMA UVA de Carlos Espinosa

Al pie embarrado le siguió su contrario, y después, inclinado sobre aquella tierra como el árbol que crece castigado por el viento, Andrés cimbreó su cuerpo nervudo en un difícil equilibrio mientras afrontaba la última cepa de la cosecha. Estaba exhausto y necesitó respirar hondo. Los calambres en las piernas amenazaban con derrumbarlo, en la espalda recibía punzadas cada vez más prolongadas, y los brazos, envueltos en piel abrasada al igual que el cuello y la cara, mostraban manchas de sangre, de cortes, de heridas, de todo aquello que habla de la lucha desigual entre el hombre y la cepa, entre el dueño y la tierra.

El cielo purpurado anunciaba el fin del día, así que se apresuró a hundir la tijera en aquella vida de madera y cortó con decisión, como siempre habían hecho su abuelo y después su padre. Un racimo cayó sobre la mano que esperaba el fruto. Luego, otro. Y otro. Y otro. Los arrojó sobre el capazo rebosante y volvió a tomar una bocanada de aire limpio. Dejó entonces que las tijeras se hundieran en el suelo, y a continuación cedió a las quejas de su cuerpo y se desplomó sobre la tierra cerrando los ojos. Había terminado. ¡Por fin! No pensaba que aquellos serían los veinte días más duros de su vida. Había desoído la advertencia de su hermana, que le había llamado al despacho de la planta 20 desde el que gobernaba su empresa de ingeniería industrial. «Mi piel olvidará por unos días la alpaca de estos trajes», sentenció para acallarla, y después, con mayor suavidad, abandonando el tono que utilizaba con sus empleados, le dijo que realmente lo deseaba, que si aquel verano tenía que vendimiar con sus propias manos las tierras de San Antonio era porque necesitaba reencontrarse con sus raíces.

Abrió entonces los ojos y comenzó a llorar. Por primera vez se sentía débil y vulnerable como un pájaro roto. Se daba cuenta de que aquellos trabajadores de la tierra a los que siempre había mirado con superioridad, sus propios padres incluso, habían sido realmente admirables, gentes abnegadas, héroes anónimos. Y más aún: vio su existencia hasta aquel mismo instante como algo fútil, un todo de vanidad en el que no dudó en incluir los dos chalets, la lista de coches, el golf, los restaurantes caros en los que le reservaban siempre su mesa junto al fuego cuando el invierno blanqueaba el paisaje.

Sin embargo, al poco sonrió. Lo hizo al descubrir una última uva que colgaba balanceándose por la suave brisa. Al contemplarla bajo el postrero haz de luz anaranjado con el que se despedía el día, mientras se acercaba a ella y acariciaba la piel de seda de aquella minúscula esfera, comprendió que aquella tierra fértil no le pertenecía, sino que era él quien pertenecía a la tierra, que se hallaba fundido a ella, formando un solo cuerpo de sangre y de alcohol, de huesos y de raíces. No la cortó, porque aquello habría significado completar la vendimia y se consideraba indigno de igualar la labor de tantos y tantas mujeres del campo.

Por ello, cuando se encaminó hacia el hogar de su infancia, reconvertido ahora en casa rural, y desde su habitación se apoyó en la barandilla de forja desde la que solía contemplar la vega del río Magro con esa libertad que sólo puede proporcionar la despreocupación infantil, notó que sus labios necesitaban decir algo importante y se abandonó a ellos. Levantó para ello la cabeza hacia el lugar del cielo en el que siempre había situado imaginariamente a sus padres:

-Me quedo aquí para siempre –sentenció, y después volvió a sonreír.

Futura estación del AVE a 5 minutos de Balcones de Oleana

Requena-Utiel Alta Velocidad 3D - Adif
Descripción: infografía de la nueva estación de alta velocidad de Requena-Utiel. Se muestran imágenes de exterior e interiores. Fecha de Producción: Enero 2010. Codigo: 1004 MA Una producción de Adif, Dirección de Comunicación y Relaciones Externas. Infografía: Grafía